viernes, 24 de julio de 2009

RENACE EL SEMILLON

Es uno de los cepajes blancos más nobles y prestigiosos en el mundo; sin embargo, en Sudamérica aún no ha logrado destacarse. Hoy, desde la Argentina, donde hay varias hectáreas plantadas, comienzan a llegar al mercado internacional algunas etiquetas que dan que hablar sumándose a unas pocas que desde hace rato insisten en la reivindicación de este vino. Se sabe que, en el mundo, la tendencia está más del lado de los tintos que de los blancos (en el orden de un 70% vs. un 30%); y obviamente, en un país carnívoro como lo es la Argentina, la brecha aún es mayor. Incluso en Chile, donde las delicias del mar están muy bien arraigadas en las dietas cotidianas de sus habitantes, el tinto pesa mucho más. ¿Por qué? Son varios los factores. Por un lado, están las costumbres de cada pueblo, pero lo que realmente mueve la balanza es la diversidad que puede ofrecer uno respecto del otro.

En el caso de los tintos, existen muchas más variedades de uvas y su método de vinificación (maceración con los hollejos) amplía la gama de estilos e intensidades de los vinos; mientras que en los blancos, los cepajes son muchos menos y, para su elaboración, todo depende de la pulpa y del jugo (mosto).

Sin embargo, estas dos variables dieron lugar a otra que incidió más a lo largo del tiempo: su escasa venta y, por ende, su pérdida de protagonismo. Fueron las mismas bodegas las que lo alejaron de las góndolas acusando que no se vendía. Y la pregunta se cae de madura: cómo puede uno comprar o enamorarse de algo que no está disponible para adquirir. O acaso no hay buenos ejemplos de que cuando el vino es bueno, sea tinto o blanco, se vende… y muy bien. Pensar en los Sauvignon Blanc o los nuevos Chardonnay chilenos de zonas frías, o en nuestro Torrontés. Es por eso que el Semillón tiene una gran oportunidad porque es un cepaje con virtudes propias, de la elite de las variedades finas del mundo y con pasaporte francés, algo muy importante en el universo vínico.

Quizás en Chile tenga una mayor resistencia por el éxito de su coterráneo Sauvignon Blanc (ambos son originarios de Burdeos), pero en la Argentina tiene todo para hacerse un lugar entre los grandes. Porque aun nuestros mejores exponentes blancos actuales, los más top y de mayor precio (varietales de Chardonnay fermentados y criados en barricas), no logran destacarse fronteras afuera.

Por otra parte, el éxito del Torrontés, más allá de que sea indiscutible y que perdure en el tiempo, no sería un obstáculo para el buen desarrollo del Semillón, porque se sabe cuáles son sus limitaciones. Es decir que el lugar del mejor blanco argentino todavía no está garantizado y es allí donde el Semillón podría dar la gran sorpresa.

Se trata de un blanco voluptuoso y austero, como el Chardonnay, pero a la vez con una acidez particular. Hay muchas hectáreas y algunas de ellas corresponden a viñas viejas, con el patrimonio que esto significa. En la Patagonia lo anuncian desde hace décadas como uno de sus vinos emblemáticos, más allá de que existan menos de cinco ejemplares en el mercado. En Mendoza, por su parte, hay un par de etiquetas de excepción, que seguramente sirvieron de inspiración a estos nuevos. Y como si fuera poco, es el cepaje blanco base para un cosecha tardía porque su amor por la Botrytis lo llevó a inmortalizarse de la mano del Sauternes y del mítico Château d’Yquem.

Mientras tanto, surgen día a día nuevos ejemplares de Semillón en estas latitudes y, más allá del resultado final de esta historia, el que gana, como siempre, es el consumidor.
RECOMENDADOS

Vinos ordenados por puntaje

89 puntos - Finca La Anita Semillón 2008 Finca La Anita
Mendoza

88 puntos - Mendel Semillón 2009 Mendel
Mendoza

86 puntos - Tomero Reserva Semillón 2007 Vistalba
Mendoza

82 puntos - Una Selección de Ricardo Santos Semillón 2007 Ricardo Santos
Mendoza

82 puntos - Latitud 33 Tardío Semillón 2008 Chandon Argentina
Mendoza

Fuente: Fabricio Portelli WG - Descorchados

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