jueves, 2 de julio de 2009

Degustando Vinos

La degustación es un ejercicio que sólo requiere atención, memoria e imaginación. No es cuestión de expertos sino de apasionados. La mejor forma de apreciar un vino en plenitud es activando los sentidos. Todos estamos capacitados para analizar sensorialmente un vino, sólo debemos ejercitar la memoria y la atención. Vista, olfato, gusto, tacto y oído serán los encargados de percibir los múltiples mensajes que transmite el vino, estimulando las terminaciones sensibles de las células nerviosas y produciendo una "sensación". Al degustar un vino y detectar una sensación conocida se habrá producido una "percepción". Las sensaciones visuales y auditivas son casi instantáneas. En cambio, las olfativas y gustativas necesitan una cantidad de estímulos aún mayor para lograr la percepción. Los "umbrales de percepción" varían entre las personas y con el entrenamiento. El vino se proyectará hacia el pasado, en forma de recuerdo, o hacia el futuro, como deseo. Y animará a la imaginación para crear y recrear mil historias a partir de una copa; la creatividad encontrará las palabras para expresarlo.

Paso a paso

1- Vista: El color del vino en el borde de la copa inclinada da la primera información. Aquí evaluamos los colores (intensidad y matiz) y la transparencia.

2- Olfato: Se inhala profundamente, primero sin mover la copa, luego, girándola para que se volatilicen los aromas más complejos. Analizamos persistencia, intensidad y calidad de los aromas. Se identifican los descriptores. Se evalúa si posee tipicidad y complejidad varietal.

3- Gusto: Se toma un sorbo y mientras el vino permanece en la boca, se absorbe aire y se lo hace burbujear. Se evalúa el ataque (gustos dulces), la acidez, el equilibrio, la intensidad de boca y la concentración de aromas y sabores. Se detectan los descriptores y se analiza la textura (untuosidad, astringencia, causticidad) del vino. Se percibe la persistencia y se determina la tipicidad y complejidad.

4- Tacto: mientras se retiene el vino en la boca, se percibe su estructura y temperatura.

5- Oído: El descorche, el vino bañando la copa y el sonido del brindis son los principales estímulos que recibe este sentido.


El arte de degustar

La degustación no es sólo un arte para entendidos. Si bien se llevan a cabo degustaciones técnicas que requieren una capacitación específica, quienes se disponen a disfrutar una copa de vino tan sólo necesitan poner a punto los sentidos y animarse a descubrir aromas y sabores, reconocer texturas para así definir los vinos que mejor responden al gusto personal. No es imprescindible seguir cierto método, pero la degustación es un entretenido juego que se recrea cada vez que se descorcha un vino.

Los sentidos -con mayor o menor precisión, dependiendo del entrenamiento- son los medios a través de los que se recibe información valiosa que permitirá identificar las sensaciones que produce el vino. Por eso, análisis sensorial, degustación o cata son diferentes expresiones para nombrar el recorrido que seguirá el vino por la vista, el gusto, el olfato, el oído y el tacto hasta transformarse en una particular y agradable experiencia sensible. En definitiva, se trata de las técnicas puestas en práctica cuando llega el vino a la copa y que, en el caso de los aficionados, conduce al mayor placer que esta bebida puede brindar.

Fuente: Fondo Vitivinicola


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