miércoles, 30 de septiembre de 2009

Se viene la competencia del Malbec Argentino?

Entrevista a Eduardo Pulenta (Hugo y Eduardo Pulenta SA)

El bodeguero advierte que otros países, como Chile, están elaborando buenos productos de esta variedad y aconseja "no dormirse", seguir trabajando en viña, en clones y en diferenciación de terroir.

- Un tema que surge de la charla que brindó durante el último Foro Internacional Vitivinícola y dejó lugar para el debate, es saber que en el futuro tendremos competidores en el mundo elaborando excelentes Malbec

- Nosotros como argentinos y en un país que tiene diferentes terroir y diferentes climas, estamos copiando éxitos de otros países. Hemos logrado excelentísimos Syrah siguiendo el éxito comercial que ha tenido Australia y elaboramos excelentes Sauvignon Blanc, tras el éxito de esa variedad de Nueva Zelanda. Por eso digo, no dejemos de pensar que los otros trabajan con el Malbec, porque Argentina tuvo éxito. He probado Malbec elaborados en Chile y California con una calidad sorprendente. Diferentes, pero buenos productos. Mi observación radica en que debemos trabajar mucho en seguir buscando la excelencia, porque la competencia se viene. ¿Qué pasa si viene un calificador famoso como Wine Spectator y pone un puntaje alto a un Malbec que no es argentino? Seamos concientes de que debemos seguir buscando la excelencia en el producto.

-¿Cómo vamos a obtener esta excelencia?

- Con el trabajo en la viña, mediante el trabajo cuidadoso con los clones y las distintas regiones, porque ya sabemos que los productos son diferentes en el Valle de Uco, en Luján, Maipú, San Juan, Cafayate o Neuquén. Por eso tenemos que encontrar la excelencia en el terroir donde se desarrolla nuestro Malbec para que el comercio internacional no tenga dudas de que la calidad es excelente.

- ¿Falta investigación sobre el Malbec en Argentina?

No creo que falte, pero tocamos un tema delicado: a nuestro INTA, que es excelente, le faltan fondos. Uno pretendería que el estado aporte un poco más a la investigación. Esa bodega piloto que alguna vez tuvo el INTA, con microvinificaciones, necesita fondos. A las facultades de Enología y a la de Agronomía, también les faltan fondos para seguir trabajando.

- Sin embargo, existen instituciones como INTA y Coviar que cuentan con un fondo destinado a investigaciones. ¿Se está dirigiendo bien lo que existe?

Yo creo que hay investigación, pero aún no hay quién concentre todo el material que tiene el INTA, los grupos Crea y los ingenieros agrónomos particulares. Nosotros tendríamos que desarrollar un foro para que los técnicos argentinos sepamos qué está pasando con la investigación clonal y de terroir, por ejemplo. Sería muy bueno tener un ciclo de Malbec para los técnicos.

-El degustador de Parker, Jay Miller, dijo recientemente en su publicación sobre los vinos top de Argentina, que había probado buenos Malbec en Washington pero que Argentina no tendrá competencia porque ningún lugar del mundo puede producir la misma cantidad.

Es cierto en algún punto. Sin embargo, en un año, China plantó 100 mil hectáreas de uva. ¿Qué pasa si algún país productor planta 10 mil hectáreas de Malbec?

-Tal vez aún Argentina y su Malbec no hacen tanta mella en los mercados internacionales como para tener una competencia seria...

En el último foro concluimos en que nos hacen falta 10 mil hectáreas nuevas y la mitad es Malbec. Aclaro: lo que falta son 10 mil hectáreas nuevas de jardín vitícola, de 4.000 plantas por hectárea, alta densidad, clones elegidos en zonas privilegiadas y buscadas para seguir creciendo.

Fuente: Gabriela Malizia - Area del Vino

martes, 29 de septiembre de 2009

SE NECESITARAN MAS HECTAREAS DE MALBEC

Según un grupo de expertos argentinos y extranjeros reunidos en el V Foro Internacional Vitivinícola, llevado a cabo recientemente en Mendoza capital, dentro de cinco años nuestro país requerirá algunas miles de hectáreas más con viñedos de alta calidad enológica para aumentar así su producción y satisfacer la demanda externa.


Durante la quinta edición del Foro Internacional Vitivinícola que se realizó recientemente en Mendoza, algunos de los mayores referentes del sector y especialistas internacionales coincidieron en que, pese a la crisis que azota al mundo, la vitivinicultura argentina está pasando por un gran momento. De continuar una demanda sostenida del exterior, se necesitará aumentar la actual superficie total en producción, que, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), al día de hoy alcanza las 226.450 hectáreas.

De acuerdo con las palabras de los expertos locales, harían falta 10 mil hectáreas más de viñedos de alta calidad enológica –con especial énfasis en el Malbec– para abastecer los mercados hasta 2014. Esto implicaría una inversión de casi US$ 300 millones durante los próximos cinco años para la reconversión de viñas, así como el cuidado y la apuesta que hay que hacer para el desarrollo clonal de esta variedad.

En tanto, los analistas extranjeros coincidieron que los vinos argentinos tienen identidad, fortaleza de la marca país, pero que aún se debe trabajar mucho en temas de marketing y promoción.

Por ejemplo, Clive Barlow, miembro del Institute of Masters of Wine de Londres, consideró que el Malbec es una variedad que ofrece grandes oportunidades siempre y cuando se apueste a la diversidad y autenticidad; Elena Carretero, gerente general del Consorcio Tecnológico Empresarial para la Vid y el Vino (Tecnovid) de Chile, instó a la aplicación de la innovación con creatividad en toda la cadena productiva del vino: desde la elaboración hasta la comercialización. En tanto que Paul Wagner, presidente de Balzac Communications & Marketing de Napa Valley (Estados Unidos), planteó la necesidad de transmitir una experiencia a través de los sentidos para llegar al corazón del consumidor, al tiempo que remarcó la importancia de las herramientas tecnológicas y de las redes sociales para captar nuevos consumidores, conociendo en profundidad sus gustos y preferencias.

Fuente: Newsletter Descorchados

jueves, 17 de septiembre de 2009

LLEGA LA PRIMAVERA Y CON ELLA EL TIEMPO DE LOS ROSADOS

Con la llegada de los primeros calores, resurgen algunas bebidas archivadas por el frío. Los aperitivos, la cerveza, los espumantes y los vinos rosados: una categoría que crece al ritmo del Malbec, pero que aún no tiene vuelo propio. Por suerte, en este 2009 son muchas las novedades que están llegando con la intención de instalar una tendencia: ser el vino oficial del verano.

Si bien para muchos puede no ser una novedad, la gran mayoría de los que disfrutan del vino argentino aún no tiene entre sus preferencias los vinos rosados. Sin embargo, no es culpa de los consumidores, sino de los productores, ya que en la gran mayoría de los casos se trata de subproductos. ¿Cómo es esto? Para elaborar un vino tinto importante, se necesita concentración, claro que los que lo hacen bien, la logran de forma natural en las viñas y, por ende, no necesitan realizar sangrías desmesuradas en la bodega.

Recordemos que sangrar un vino significa dejar escurrir sus primeros jugos, digamos hasta un 30% como mucho, para que de esta manera el 100% de los sólidos (hollejos de la uva) se macere con el 70% del mosto, y así lograr un jugo más concentrado. Y si bien no hay nada malo en esta técnica para elaborar los grandes tintos argentinos, claramente el más desfavorecido es el rosado. Porque el vino resultante es uno con mucho cuerpo y estructura (léase alcohol) para su categoría. Es decir, casi todo lo contrario de lo que se espera de un ejemplar de este tipo. Por suerte, cada vez son más los rosados que nacen en la viña, lo que significa que la uva se piensa para elaborarlos con sus atributos únicos: gracia, frescura y carácter de frutas rojas frescas.

Obviamente, para esto hay que cosechar mucho antes de que el azúcar sugiera un alcohol potencial de 14º o más. De esta manera, se obtienen vinos más frugales, con fragancias directas pero nítidas, un paso por boca refrescante, tal como el de los blancos pero, a su vez, con el toque de gracia final que le da la maceración corta, y colores únicos que van desde el pálido piel de cebolla hasta un rojo rubí tan intenso como brillante.
Si hablamos de variedades aptas, hay que reconocer que de las que tenemos en la Argentina, el Malbec se impone, al igual que el Syrah; no así, el Merlot ni el Cabernet Sauvignon, que algunos utilizan. El Pinot Noir es otra de las elegidas, pero por su escasez y exclusividad se emplea más para espumantes.

En materia de estilos, un rosado no debe ser complejo, sino directo; no debe ser complicado, sino simple; no debe ser estructurado ni potente, sino suave y refrescante. Lamentablemente, muchos abusan del azúcar residual para esconder aristas y hacer de su final de boca (el gustito que queda luego de cada trago) algo más envuelto. Pero esto, que tiene un buen impacto, se diluye con velocidad y desenmascara la madurez y los desequilibrios. La solución, como siempre, es hacer las cosas bien, lo que implica una planificación desde el viñedo. Sólo así el rosado encontrará su lugar entre las preferencias, porque dejando de lado los mitos basados puramente en la ignorancia, como que el mejor rosado es un tinto ligero o que un rosado no es ni un blanco ni un tinto y que, por su color y características, es el preferido de mujeres y homosexuales (una verdadera aberración), este vino rosado es en muchas ocasiones la mejor opción, sobre todo en esta época del año en la que el sol empieza a calentar los ánimos y renace la necesidad de refrescarse.

Es evidente también que tiene sus mejores partenaires a la hora de sentarse a la mesa. No por nada el maridaje entre rosado y paella es de los universalmente reconocidos. También como alternativa a vinos blancos para algunos pescados, sobre todo los de río preparados a las brasas por ser los más intensos y bastante grasos. Y si de parrilla se trata, no hay que olvidarse que para las achuras (chorizos, morcillas, chinchulines, riñones y hasta mollejas) un buen rosado es la mejor alternativa.

Ojalá algún día se pueda imponer como moda disfrutar de los rosados del año antes de que termine el verano, algo parecido a lo que lograron los franceses de la apelación Beaujolais con su vino nouveau, un suceso mundial que permite que antes de fin de año se agoten los vinos lanzados el tercer jueves de noviembre. Sin dudas, un gran éxito de marketing ya que, hoy por hoy, dicha denominación de origen es la tercera más famosa del mundo, pero la clave del éxito no está en la estrategia, sino en el producto.

Fuente: Descorchados - Fabricio Portelli WG

Recomendados
Vinos ordenados por puntaje

84 puntos Melipal Rosé Malbec 2009 Melipal - Mendoza

84 puntos Foster Pink Malbec Rosé Malbec 2009 Enrique Foster - Mendoza

83 puntos Rosé de Atamisque Malbec 2008 Atamisque - Mendoza

82 puntos Alta Vista Rosé Malbec 2009 Alta Vista - Mendoza

82 puntos Festivo Rosé 2007 Monteviejo - Mendoza

82 puntos Jean Rivier Rosé Malbec 2008 Jean Rivier - Mendoza

viernes, 11 de septiembre de 2009

FRANCIA ANTE LA CRISIS REDUCE LA VENDIMIA

Según un artículo publicado por la revista Decanter, los productores de la región de Champaña recogerán 32% menos de uvas este año, lo cual dejará un saldo de miles de millones kilogramos que se pudrirán en el suelo.

El objetivo de esta iniciativa es compensar la caída de las ventas de espumantes en todo el mundo a causa de la recesión económica.

El resultado de esta disminución en la vendimia será un recorte de 44% en la producción de botellas de este año. Un dato curioso es que los cultivadores y embotelladores de Champaña no han reducido de manera importante la vendimia desde 1995, cuando se intentó limitar una cosecha inusualmente grande. Como resultado de la baja en las ventas, compañías como LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton –el mayor fabricante de champagne del mundo– propusieron reducir las reservas globales de la bebida en lugar de prácticamente rematar las botellas que colman sus bodegas.

La institución que supervisa la industria, el Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne, calcula que hay más de 1.200 millones de botellas en bodegas esperando a ser vendidas. A partir de la decisión que tomó la asociación de Champaña, el volumen de uvas que se puede recoger este año será de 9.700 kilogramos por hectárea de tierra, frente a los 14.200 kilogramos por hectárea autorizados el año pasado, lo que representa un recorte del 32% en la cosecha. También, por primera vez, sólo el 82% de las uvas recogidas este año será embotellado; el resto reposará en barriles al menos durante otro año hasta que se estabilicen las ventas. En las últimas semanas, LVMH y otros productores solicitaron un recorte del 50% en el volumen de la vendimia de este año; sin embargo, los agricultores independientes se opusieron rotundamente.

Fuente: Descorchados

jueves, 10 de septiembre de 2009

VINO Y ACEITE DE CIENCIAS AGRARIAS PREMIADOS EN CONCURSOS INTERNACIONALES

El vino “Temple Agrario Malbec Roble 2007” recibió la Medalla de Oro en el 6° Concurso Internacional de Vinos y Licores “Vinus 2009”.

El aceite de oliva "Arauco Tardío Extra Virgen", por su parte, fue distinguido con la Medalla Prestigio Oro en el III Concurso Internacional de Aceites de Oliva “Olivinus 2009”.

Ambos concursos se llevaron a cabo en el Hotel Diplomatic de Mendoza entre el 25 y 28 de agosto pasado. Los vinos de Argentina obtuvieron una importante cantidad de Doble Medallas de Oro, Medallas de Oro y Medallas de Plata. También fueron premiados vinos de Brasil, Israel, Italia, Chile, Hungría, España y Francia.

Las autoridades de la Facultad hicieron llegar sus felicitaciones muy especialmente a los "hacedores" de esos productos, “que con esmero y dedicación intervienen en toda la cadena productiva, desde el cultivo de nuestros frutos, pasando por su elaboración, promoción y venta”.

Por: Lic Gabriela Siufi

jueves, 3 de septiembre de 2009

LA RIVERA DEL DUERO, VINOS E HISTORIA


La comarca Española Ribera del Duero está situada en la cuenca del río Duero, al sur de la provincia de Burgos (Castilla y León), en el partido judicial de Aranda.

Esta comarca produce vinos de gran calidad bajo la Denominación de Origen Ribera del Duero, que se extiende a municipios de las provincias de Soria, Segovia, Valladolid y Burgos. La sede del Consejo Regulador se encuentra en Roa.

Cuando hablamos de esta D.O., debemos saber que existen muchas localidades que con el buen hacer, trabajo y aporte de su gente, han contribuido a que los vinos de esta comarca hayan alcanzado el merecido prestigio con el que cuentan, esta región esta conformada por las localidades de Alcubilla del Marqués, Atauta, Aranda, Fuentespina, Gumiel de Izán, Quintana del Pidio, Sotillo de la Ribera, Peñafiel, Curiel y Pesquera, este ultimo municipio es el paraíso de las bodegas, en las que se elaboran los mejores vinos de la D.O, vinos que gozan de un reconocido prestigio, tanto a nivel nacional como internacional. Sus caldos se encuentran en las cartas de vino de los mejores restaurantes, hoteles y paradores.

Como en tantas otras ocasiones, la historia de los vinos de La Ribera del Duero guarda relación con los asentamientos de monjes en la zona. Tras largas guerras entre los musulmanes del sur y los cristianos del norte, los campos de batalla dieron lugar a mansos paisajes casi desérticos donde algunas congregaciones procedentes de Francia como los cluniacenses (procedentes de Borgoña) o los cistercienses, asentaron sus vidas y sus costumbres vinícolas. Todo ello tiene lugar entre los siglos XI y XIII, donde ya se tiene constancia de la proliferación de bodegas en todo el área de la Ribera del Duero.

Tras un largo periodo donde los vinos de la región no eran más que considerados vinos de mesa sin el menor renombre, comienzan los cambios en la vinificación y en las mezclas. A mediados del Siglo XIX, en la localidad de Valbuena, las Bodegas Vega Sicilia inician un largo camino de modernización, sin descuidar los usos tradicionales, que da lugar a unos vinos muy heterodoxos y atrevidos, que hasta hace poco no han tenido el reconocimiento que merecen.

En la actualidad, muchas bodegas se suman a una larga lista de cultivadores que elaboran sus suaves vinos con esmero y prudencia, hasta ser considerados, los vinos de la Ribera del Duero, unos de los mejores vinos del mundo.

Pedir un vino de la Ribera del Duero, en el cualquiera de las antiguas tabernas del casco viejo de la capital vallisoletana es una experiencia que nos abrumará si a nuestra copa le arriman un plato de lechazo (cría de la oveja que se sacrifica a los 25-30 días de vida con un peso vivo de 10-12 kilogramos bien horneado). El maridaje de estos vinos es universal, pudiendo acompañar toda clase de platos del país. Sus tintos son ideales para acompañar carnes rojas, caza y quesos potentes.

La complejidad y el equilibrio de los vinos de la Ribera del Duero se deben, en buena parte a un clima fresco de tipo continental, con escasas precipitaciones que no superan los 500 mm anuales y que caen en las estaciones de otoño y primavera. Con más de 2.200 horas de sol al año, las variedades que se cultivan en la Ribera del Duero logran alcanzar un nivel óptimo de polifenoles que permiten su posterior madurez en barrica y botella.

La Ribera del Duero cuenta con unos suelos pobres, con escasez de hierro y abundancia de caliza, estos suelos se enmarcan en el seno de las provincias de Valladolid, Segovia, Burgos y Soria. Desde Olivares de Duero hasta Quintanilla de Enésimo, el Duero transcurre dando lugar a estas tierras de aspecto yermo, capaces de alumbrar uno de los mejores vinos del mundo a pesar de su apariencia.

En esta importante zona vitivinícola de España podemos encontrar diferentes varietales que darán origen a sus famosos vinos, pero la variedad tempranillo es la reina de los viñedos de esta productiva Denominación de Origen.

Es habitual que se encuentren vinos elaborados con otras cepas como la Garnacha e incluso Cabernet Sauvignon apara amparar el envejecimiento de los vinos de crianza y grandes reservas.

También se están introduciendo la malbec y la merlot, que han demostrado una buena adaptación al terreno, buen rendimiento y la posibilidad de suavizar los ya de por si mansos vinos de la Ribera del Duero.

A pesar de lo dicho, la humilde uva de tempranillo es, por si sola, capaz de alumbrar vinos de una calidad extrema. Quizá por ello, los viticultores de la zona la emplean en el 60 % de su producción.

Esta uva sorprendió, por su capacidad para la elaboración de vinos destinados a envejecer, a los propios franceses que se acercaron a comprar vinos ante la carencia propiciada por la epidemia de filoxera.

A continuación describimos las uvas autorizadas en La Ribera del Duero, de acuerdo con las directrices marcadas por la Denominación de Origen:
• Tempranillo.
• Cabernet Sauvignon.
• Garnacha tinta.
• Merlot.
• Malbec.
• Albillo.

Todas estas variables, consiguen que los vinos jóvenes de la Ribera del Duero alcancen una tonalidad púrpura muy intensa. Los tonos picota y cereza madura se pueden encontrar en vinos de ligera crianza. Cuando ésta es más acusada, se dan lugar en el vino tonos teja y ladrillo característicos de la DO.

Los aromas que presentan estos vinos son los característicos de la variedad tempranillo, matizados por la presencia de otras variedades mezcladas en las diferentes añadas. Se trata de vinos frutados, con aromas a frutas silvestres, a fresas, a grosellas.

Otras notas como las de café, madera, café, cacao o frutos secos están presentes en vinos de una maduración más prolongada.

Los vinos de La Ribera del Duero

• Ribera del Duero rosado: Los vinos rosados de La Ribera del Duero se obtienen mediante la fermentación sin hollejos de uva tinta. Estamos ante vinos festivos, de tonos violáceos muy sutiles. Si acidez es equilibrada y su sabor muy afrutado con tonos de frutas frescas y carnosas.

• Ribera el Duero tinto. Los vinos tintos de La Ribera del Duero no admiten más comentario que probarlos. En sus diferentes variedades, todos ellos son una garantía de aroma, sabor y color.
-Ribera del Duero joven. Se trata de vinos que no han estado en barrica, o lo han hecho por un periodo inferior al año.
-Ribera el Duero crianza. Estos vinos han permanecido en barrica durante 12 meses.
-Ribera el Duero reserva. Los vinos de reserva de La Ribera del Duero deben pasar en barrica un mínimo de 12 meses. Luego vendrá el envejecimiento en botella hasta completar un total de 36 meses de envejecimiento.
-Ribera del Duero gran reserva. Estos vinos tan afinados y bien estructurados lo son merced a los 60 meses de envejecimiento, de los que 24 pasará en barrica y 36 en botella.

Una cata de vinos tintos de La Ribera del Duero produce un verdadero gozo para nuestros sentidos.

Su paleta de colorido va desde los violetas más sutiles hasta los tonos frambuesa. En los vinos envejecidos se combina un cuerpo bien estructurado con la suavidad del trago.

Es posible que el éxito de los vinos de La Ribera del Duero se deba a la perfecta adaptación de toda la tradición de esta zona vinícola española a los aromas y sabores del gusto actual.

Según el Consejo Superior de las Denominaciones de Origen, las mejores añadas de los vinos de La Ribera del Duero han sido las siguientes: 1995, 1996, 1999, 2001 y 2004. Todas estas cosechas han sido calificadas como "excelentes".

Por su parte, los años 1991, 1994, 1998, 2000, 2002, 2003, 2005 y 2007 han sido calificadas como "muy buenos" para esta Denominación de Origen.

Los vinos de La Ribera del Duero son la demostración palpable de que las cosas bien hechas pueden tener una amplia difusión sin perder su esencia. Bien es verdad que algunas marcas han "forzado la máquina" hasta conseguir un vino de "moda". El aumento en la producción al que se ven abocados los bodegueros en este caso va en detrimento de la calidad de la uva y del cuidado estricto en los procesos.


Bibliografía: Web Vino y mas Vino


martes, 1 de septiembre de 2009

LAS BOTELLAS DUERMEN, EL VINO EVOLUCIONA

Luego del proceso de elaboración de un vino, existe una etapa clave denominada ESTIBA EN BOTELLA.

La mayor parte de los vinos de calidad pasan algún tiempo en botella antes de salir al mercado, esta etapa se denomina Estiba y le facilita al vino mayor conservación y realce de los aromas, sabores y materia colorante, evitando la oxidación y favoreciendo la maduración de los taninos.


El vino sufre importantes modificaciones durante su crianza, para los productos de calidad, la maduración en botella completa el ciclo iniciado en la vid.


Dentro de los descriptores que encontramos en un vino, lo terciarios son los que se adquieren a lo largo de la crianza, tanto durante su estadía en vasijas como en barricas de roble y luego en botella, donde el vino adquiere las cualidades finales ya que evoluciona en un ambiente de reducción.


El vino embotellado queda protegido de la acción del oxigeno al resguardo del vidrio y el corcho, estabilizándose así algunos de sus componentes y desarrollando muy buenas notas de reducción, para obtener buenos resultados en este proceso hay que contar con las condiciones ideales como gran oscuridad, humedad de alto porcentaje (70%) y temperatura controlada y estable entre 12 y 15 grados.


Con estas condiciones ideales aseguradas, se suceden una serie de reacciones químicas como oxido-reducción, esterificación, polimerización y condensación, que exaltan y definen la calidad del bouquet, la fruta y los descriptores propios del varietal se funden en aromas y compuestos formados durante la crianza en madera, así surgen los aromas a bosque, hojas secas, cuero, chocolate, tabaco, frutos secos, etc.


Es el enólogo quien decide que productos serán destinados a una prolongada estiba, la que varía según la tipicidad del vino, los tintos premium son los que requieren mas tiempo en botella antes de ser comercializados ya que jóvenes resultan bastante agresivos, por otro lado los blancos licorosos pueden permanecer bastante tiempo en estiba debido a su alta graduación alcohólica, en el momento de decidir este destino para los diferentes vinos se tiene en cuenta factores como la vinificación desarrollada, el terruño, las edad y variedad de las vides y las condiciones climáticas que acompañaron el ciclo anual de la vid hasta la cosecha.


Dentro de la evolución de un vino, el color es un claro ejemplo de lo que sucede dentro de la botella, podemos citar el caso de un vino tinto con maceración normal y criado uno o dos años en barrica, que continuará en botella la misma evolución que ha alcanzado en la madera, salvo la toma de taninos de roble, por lo tanto proseguirá la merma de sustancias de materia colorante rojo-azulada (antocianos) y el acoplamiento de moléculas amarillentas (polimerización) a un ritmo mucho mas lento.


La evolución del color en la botella no es la misma con todos los varietales, algunos pierden rápidamente el color como es el caso del Pinot Noir o al contrario conservan los antocianos mucho mas tiempo como el Malbec, estos fenómenos crecientes y decrecientes de compuestos son sensibles a la temperatura ambiental, a menos de 5ºC se detienen y alcanzan un punto máximo a los 30ºC, es así que un vino en botella tendrá mas vida siendo conservado a una temperatura estable de 10ºC que a 20ºC.


Durante la Estiba en botella, el enólogo realiza degustaciones periódicas para evaluar la evolución gustativa. Los indicadores mas claros junto al nivel de acidez, son los taninos, los que se presentan punzantes y agresivos produciendo una ingrata sensación en la boca cuando el vino es muy joven, a medida que maduran se vuelven mas suaves y dulces.


Con el paso del tiempo los taninos gracias a pequeñas cantidades de oxigeno, se juntan formando moléculas pesadas que se precipitan formando sedimentos, al no ser esos taninos parte de la solución se dice que el vino se ha suavizado y ha madurado. Este proceso se produce en ámbitos de total reducción, ámbitos oscuros, herméticos y sin movimiento, como una botella en estiva en una cava subterránea.


Llegado el momento del fraccionamiento el vino es embotellado y encorchado para pasar al periodo de estiba, finalizado este, las botellas vuelven a las maquinas para ser etiquetadas y puestas en caja. La tecnología moderna ofrece a las Bodegas distintos sistemas para estibar sus vinos, los enólogos eligen el mas adecuado de acuerdo a las características estructurales de la bodega, algunos establecimientos utilizan la cinta transportadora donde los operarios toman las botellas y las estiban a mano, manteniendo un contacto directo con el vino, otras bodegas utilizan modernas estibas con capacidad de 500 a 3000 botellas, que se colocan a la par de la línea de fraccionamiento para una vez completas ser trasladadas a la sala de estiba, otra opción son los racks de metal con mayor capacidad.


Lo que en definitiva se busca es que el vino llegue en las mejores condiciones posibles a la etapa de Estiba en Botella para que a lo largo de los meses desarrolle sus mejores aromas y encuentre la redondez que todo buen conocedor sabrá apreciar.


“La quietud reina, las botellas polvorientas descansan su prolífica siesta, es el tiempo noble del vino, que se nutre a si mismo en busca de su maravillosa personalidad”.