lunes, 24 de agosto de 2009

Ice Wine, el delicioso vino de las nieves

Un magnífico ejemplo de lo que nos obsequia la naturaleza, es el icewine, ese vino helado, producto de las uvas congeladas por los intensos fríos invernales que fue descubierto en la región de Franconie, en Alemania, en 1794.

El hallazgo del icewine o eiswein en alemán, tuvo un origen accidental. Tras una intensa helada, los vinicultores alemanes de la ya mencionada región, recolectaron los frutos de la vid que habían sido congelados ante las inclemencias climáticas y siguieron el proceso tradicional de la elaboración vinícola: prensaron cada una de las heladas uvas. Para su gran sorpresa, el resultado de esta particular cosecha fue excepcional, el sabor concentrado de las uvas con un alto y agradable contenido de azúcar era como una caricia al paladar, un intenso color amarillo paja invitaba a degustarlo y a aspirar sus aromas a frutas amarillas maduras: durazno, chabacano y mango en toda su expresión de dulzor.

El icewine ingresó en el inventario enológico mundial, siendo confeccionado en países de tradición vitivinícola, poseedores de climas un tanto extremos como Canadá, Austria y Alemania.

Con el paso del tiempo, Alemania, a pesar de ser la cuna de este contemporáneo néctar, se vio opacada en producción por Canadá y se convirtió en la potencia productora.. El primero en elaborar Icewine en territorio canadiense fue Walter Hainle, en el año de 1973, en el seno de la bodega que lleva su nombre. A partir de ello la elaboración de vino helado tuvo lugar en la península del Niágara y en el valle de Okanagan, ambos pertenecientes al estado de Ontario, que se localiza en la misma latitud que la región de Burdeos en Francia.

Con tales condiciones, los canadienses elaboran suficiente vino helado para exportar incluso a Europa.

Los vinicultores que fabrican vino helado, dejan las viñas expuestas a la intemperie durante los meses de invierno, así, estando expuestas a las heladas, las frutas quedan cubiertas de hielo para posteriormente sufrir también la acción del deshielo, tal proceso tiene lugar en varias ocasiones, provocando la deshidratación de la fruta y por ende, la concentración de los azúcares y los ácidos, lo que a su vez contribuye a desarrollar el potente aroma y el gusto de esta bebida.

Posterior a la cosecha, las uvas son prensadas en un ambiente considerablemente frío, separando así el agua congelada del jugo de las frutas, este último será sometido a una fermentación lenta que dura varios meses y que se detiene de forma natural.

Entre las uvas más utilizadas se encuentran la Vidal en Canadá y la Riesling en Alemania y Austria.

En casos excepcionales se emplean también variedades como la Cabernet Franc y Gewüstraminer.

Japón es posiblemente el país en donde se vende la mayor cantidad de botellas de icewine, habiendo sido incorporado al inventario de bebidas favoritas de los habitantes del imperio del sol.

El primer Ice Wine Argentino

En Argentina, la Bodega Viña Las Perdices lanza el primer ICE WINE argentino hecho de uvas malbec. Lo diferente es que en Mendoza los vinos se congelan artificialmente porque la temperatura no es tan baja, de todas maneras las uvas se cosechan recién en junio (y no en febrero como es lo habitual) con lo cual de manera natural se someten a la nieve y heladas, luego viene el enfriamiento artificial.
Aconsejan beberlo bien frió (6 a 8 grados). La edición que salio es limitada y se puede conseguir la botella a $ 80,00.



1 comentario:

  1. Que buena noticia, un Ice wine en Argentina y de mi provincia, gracias por la información, intentaré conseguirlo y luego les cuento. Laura estudiante de Sommellerie

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